MENSAJERO
DEL SILENCIO…
Fotografías,
dibujos, pinturas y esculturas de Jerome Valbuena dejan un mensaje que hace eco
en el alma de quien observa. Pues rescatan la cultura, los valores y las raíces
nativas latinoamericanas con imágenes ancestrales, mágicas, místicas y sagradas.
Sus
obras muestran un presente que mezcla la creatividad y la originalidad con lo
urbano, lo contemporáneo, lo cotidiano y lo poético de las calles de grandes
ciudades como Nueva York. El trasfondo: crítico y ecológico. Este singular
artista nos invita a hacer un cambio de pensamiento con sus esculturas Los Kamis; mensajeros del silencio, son árboles
con máscaras de oxigeno hechas de papel reciclado que muestran su dolor y que piden
ser salvados de la muerte en la jungla de cemento.
Conocí
a Jerome en un evento en NY. Personalmente me impactó cuando dijo que en la
época en que estudiaba artes plásticas en la Universidad Nacional de Bogotá, daba clases de arte a los niños de
la calle, quienes eran cuidados por una institución del gobierno. Él diseñó una
técnica para que ellos hicieran objetos de arte que pudieran vender y generar así
ingresos. La experiencia fue excelente, tanto que la implementaron en un barrio
marginal donde dio clases de cerámica a más de 300 niños y a un grupo de
artesanos. Mi admiración por sus obras me llevó a indagar sobre la historia de este
extraordinario hombre, dueño de una gran sensibilidad ante toda manifestación
de vida.
Jerome
heredó el amor por el arte y la docencia de su padre; un profesor que en las
tardes libres pintaba paisajes y que le daba un lienzo y lo motivaba a pintar.
Siempre acompañados de su madre, una mujer llena de amor, dulzura y alegría. De
ellos recibió su aprecio por el arte y
la cultura, bases fuertes que lo han colocado en los niveles más altos como
artista.
Sus
obras se han exhibido en importantes países del mundo, tales como Colombia, Hungría, Grecia, Rumania, Francia, Polonia, y en
las ciudades de Miami y New York, en los Estados Unidos, sumando
a 46 sus exposiciones.
Fue
NY la ciudad en la que vivió por varios años y a la que dedicó su más reciente
obra: Las ciudades invisibles,
tomando como inspiración el arte de las calles, mezclando lo real de lo
cotidiano con su sensibilidad, su forma de ver el mundo, su utopía, su
creatividad y su inspiración.
Este
gran pintor y escultor es un hombre de gran sensibilidad, ha compartido la mesa
con el presidente de Colombia, con multimillonarios y con artistas alrededor
del mundo. Y de igual forma, disfruta el descubrir nuestras raíces cuando
comparte su tiempo con humildes campesinos de lugares apartados de la ciudad.
“El
arte requiere de sensibilidad, creatividad, fuerza y tenacidad. Aunque no te
reconozcan, debes seguir creando. A veces el precio es la soledad; tuve que
dejar a mi familia por mis estudios y trabajos. Es difícil mantener una vida
social cuando se pasan muchas horas y días en un taller. Además, no hay ningún
tipo de apoyo económico para los artistas. Mi meta es vivir del arte y para el
arte” dice Jerome. Su gran lección de vida: Perseverar. No permitirse pensar en
renunciar o vulnerar su voluntad.
En
los EEUU cumplió su sueño: Exponer en Miami y en NY. Y ahora como maestro de
artes, motiva y apoya a sus alumnos. Pues hay familias que desaniman a los
artistas por el temor de que ellos no puedan vivir del arte.
Valbuena
vive actualmente en Bogotá y es maestro de Bellas artes en la Universidad a la
que un día asistió.
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Por Nora Elena Vinasco
1 comentario:
Gracias a ti Jerome por contribuir a que el arte siga siendo un mensaje de inspiración y conexión entre los seres humanos y nuestra naturaleza. Me siento totalmente complacida y honrada de tenerte en la revista. Un fuerte abrazo, sigue adelante!!...Mireya Posada.
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