En el mes de diciembre, el mundo entero celebra de
diferentes formas la temporada navideña. Una época de fe, fiestas, recuerdos de
antaño, nuevas resoluciones, viajes y muchos regalos. Temporada de tradiciones,
que en países como Estados Unidos, se han ido transformando debido al flujo de los
inmigrantes. Esta transformación ha sido positiva, ya que cada vez más,
personas de diferentes razas y creencias se han unido a celebraciones que hasta
hace poco tiempo, se consideraban exclusivamente estadounidenses. Es el caso
del día de “Acción de Gracias” o “Día del Pavo” como se conoce entre los
latinos, quienes han adoptado esta fecha por su significado de agradecimiento e
integración familiar.
Esta celebración data desde el año 1621, cuando en la
versión más cercana a lo que parece la verdad -ya que existen otras versiones-
en Plymouth Massachusetts, los
peregrinos celebraron una buena cosecha. Desde entonces, el último jueves de noviembre
es llamado: Día de Acción de Gracias y es considerado como el inicio de la
navidad. Para su celebración, el día es de fiesta nacional, no laboral y la
gente se reúne en un banquete que tiene como plato central el Pavo Relleno, el cual adorna la mesa en
la que la familia se convoca, reconoce las bendiciones recibidas durante el año
y ora en agradecimiento.
En Nueva York por ejemplo, la tienda Macy’s hace un
festival de “día de acción de gracias” -Macy’s Thanksgiving Day Parade- en
las calles de Manhattan y el día siguiente llamado “viernes negro”, los
almacenes de todo el país se abarrotan de personas que quieren aprovechar los
descomunales descuentos -fiesta tradicional de apertura de temporada de compras
navideñas- A partir de esta fecha, la radio y las tiendas por departamento ofrecen
villancicos que generan una atmósfera de alegría navideña. Los niños estadounidenses
le escriben sus cartas y listas de regalos a “Santa Claus” y los chicos de
origen latino, influenciados por sus familias, también le escriben al “Niño
Dios”, a “Papá Noel”, a los “Reyes Magos” o al “Viejo Pascuero”, todos sin
diferencia alguna, lo hacen pidiendo regalos como recompensa por el buen
comportamiento durante el año.
El 30 de noviembre o el primero de diciembre, pueblos
y ciudades encienden el famoso árbol de navidad, una actividad que convoca a
las familias en torno al compartir y dejar fluir el espíritu navideño. El
árbol de navidad del Rockefeller
Center, que llega a medir 22 metros de largo y que está rodeado por 8
kilómetros de cable, se enciende en esta fecha frente a los turistas y
residentes de Nueva York, en una celebración que cuenta con famosos artistas y
presentadores. Este, junto al árbol navideño de la Casa Blanca en Washington, son dos de los más populares.
Una costumbre muy latina es la de hacer el Pesebre, rezar la Novena de Aguinaldo cantar villancicos,
bailar, comer dulces y manjares típicos. Las tarjetas son parte del “Espíritu
de Navidad” con su significado de alianza y unión entre la humanidad.
Papá Noel es la figura central en los Estados Unidos, un alegre
repartidor de regalos y piloto de trineo, que se dio a conocer en 1823, a
partir del poema Una visita de San
Nicolás de Clement Clarke Moore. Según la leyenda, “Santa” entra por las
chimeneas para dejar sus obsequios y se toma la leche y las tradicionales
“Galletitas Navideñas”, que los niños le dejan como agradecimiento. Es todo un
simbolismo mágico.
Para los latinos, es común iniciar la celebración
navideña la noche del 24 de diciembre, conocida como Nochebuena y en los EEUU,
en la mañana del 25. En este día se hace entrega de regalos, se cena en familia
y entre abrazos y buenos deseos, se desea la “Feliz Navidad”. El verdadero
sentido de esta época, es una invitación a la unión familiar y de amigos en una
atmósfera de felicidad y buena voluntad. Tiempo en el que se hace un llamado
especial al recogimiento, a crear y a fortalecer lazos imborrables que perduren
en los momentos difíciles de la vida.
La Víspera de Año Nuevo es la noche perfecta
para salir con los mejores amigos y disfrutar de fiestas en restaurantes, bares
y clubes. En Nueva York, a pesar de las bajas temperaturas, se recibe el año
nuevo al aire libre. Fuegos pirotécnicos se mezclan con una nube de confeti
para caer desde una gigantesca bola de cristal, que desciende desde los
rascacielos de Times Square por una
barra de 21.3 metros de altura, y durante un minuto, más de un millón de
personas, se unen entre besos y abrazos bajo el ritmo de New York, New York, de Frank
Sinatra. Artistas tan famosos como Lady
Gaga y Justin Bieber encienden
los escenarios frente a este evento. Los latinos y demás turistas de la ciudad
que viven esta celebración por primera vez, se quedan impactados ante tanto
colorido y derroche de alegría. Sin duda, una fiesta sin igual, que aunque en
América Latina no se realice, en Nueva York, los hispanos se divierten siendo
parte de ella, y proyectando su particular energía y sabor.
Estados Unidos, un país con múltiples culturas y
personas provenientes de todas partes del mundo, permite la diversidad de
tradiciones y actividades, y en medio de la diversidad, ha de resaltarse que lo
común para todos es la magia que alegra los corazones y que rescata valores del
espíritu. En este propósito y a pesar del frio invierno, los latinos contribuyen
en grande, impregnando el ambiente con su alegría, su calor y su calidez
humana.
Por
Lenny Pito-Bonilla
Directora Ejecutiva Editorial / Mireya Posada
LATINO SHOW MAGAZINE
http://www.thelatinoshowny.com/
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